Todos soñamos con tener el mejor hogar, en jóvenes muchos soñamos con tener una familia para vivir muy felices, nos casamos con esa ilusión pero al poco tiempo muchos empezamos a bajarnos de esa nube y comprendemos que para ser feliz no basta solo con casarse y tener hijos.
Nadie nos enseño que al unirnos como pareja no solo la vamos a pasar rico, dormir juntos y ya no sentirnos solitos. Al unirnos como pareja conformamos toda una institución que para que funcione bien necesitamos comprometernos con algunas cosas:
Para que nuestro hogar sea el soñado debemos:
1. Hacer que nuestros hijos aprendan a ser obedientes. V 1 “Hijos, obedeced en el Señor a vuestros padres, porque esto es justo.”
2. Honrar a nuestros padres para que nuestros hijos hagan lo mismo con nosotros. V 2 “Honra a tu padre y a tu madre, que es el primer mandamiento con promesa;”
3. Entender y enseñar que honrar a nuestros padres es bendición para nuestra vida. V 3 “para que te vaya bien, y seas de larga vida sobre la tierra.”
4. Ejercer la autoridad con nuestros hijos. La autoridad no se impone la autoridad se ejerce, se la gana con respeto y amor. V 4 “Y vosotros, padres, no provoquéis a ira a vuestros hijos, sino criadlos en disciplina y amonestación del Señor.”
5. Ser humildes. Si en la casa somos humildes lo seremos a fuera en la calle, nuestro comportamiento en la sociedad es el reflejo de los que somos en nuestra casa. V 5 “Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo;”
6. Enseñar la bendición del servir, la mejor manera de enseñar es con el ejemplo, no dejes que solo el esposo o la esposa cargue con todas las responsabilidades del hogar. V 6 “no sirviendo al ojo, como los que quieren agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo, de corazón haciendo la voluntad de Dios;”
7. Consientisandonos de que el servicio se lo debe hacer bien. V 7 “sirviendo de buena voluntad, como al Señor y no a los hombres,”
8. Entender que servir no es en vano, por todo lo bueno que hagamos recibiremos recompensa de parte de Dios. V 8 “sabiendo que el bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor, sea siervo o sea libre.”
9. No abusar de nuestra autoridad de padres o de cualquier tipo de autoridad que nos hayan delegado. Entre más importantes seamos más humildes debemos ser. V 9 “Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas.”
Cumplir con todo lo que se requiere para formar nuestro hogar soñado no es fácil, lo podremos lograr si:
1. Nos fortalecemos en el señor. V 10 “Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza.”
2. Nos vestimos de la armadura de Cristo. V 11 “Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo; Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 6:14 Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad, y vestidos con la coraza de justicia, 6:15 y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. 6:16 Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 6:17 Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios;”
3. Somos personas de mucha oración. V 18 “orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;”
Tener el hogar que soñamos no es algo imposible, con Cristo lo podemos lograr, pero también tenemos que hacer un esfuerzo de nuestra parte. Recuerda que para el que cree todo es posible.
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